sábado, 19 de septiembre de 2009

Las Perlas


Jenny era una linda niña de cinco años de ojos relucientes. Un día
mientras ella visitaba la tienda con su mamá, Jenny vio un collar de perlas
de plástico que costaba 2.50 dólares.

¡¡Cuánto deseaba poseerlo!! Preguntó a su mamá si se lo compraría, su
mamá le dijo:

- Hagamos un trato, yo te compraré el collar y, cuando lleguemos a
casa, haremos una lista de tareas que podrás realizar para pagar el collar.
Y No te olvides que para tu cumpleaños es muy posible que tu abuelita
te regale un billete de un dólar ¡¡enterito!!, ¿Está bien?

Jenny estuvo de acuerdo y su mamá le compró el collar de perlas.

Jenny trabajó mucho con tesón todos los días para cumplir con sus
tareas, y tal como su mamá le había mencionado, su abuelita le regaló un
billete nuevo de dólar para su cumpleaños.

En poco tiempo Jenny canceló su deuda.

Jenny amaba sus perlas, ella las llevaba puestas a todos lados, al
Kinder, a la cama y cuando salía con su mamá hacer los mandados. El único
momento en el que No las usaba era cuando se bañaba, su mamá le había
dicho que las perlas con el agua le pintarían el cuello de verde!

Jenny tenía un padre que la quería muchísimo. Cuando Jenny iba a la
cama, el se levantaba de su sillón favorito para leerle su cuento
preferido.

Una noche, cuando terminó el cuento, le dijo: "¿Jenny tú me quieres?",
Oh si papá tú sabes que te quiero.

"Entonces regálame tus perlas"

"¡Oh papá!" No mis perlas. "Pero te doy a Rosita, mi muñeca favorita
¿la recuerdas? Tú me la regalaste el año pasado para mi cumpleaños y te
doy su ajuar también ¿está bien papá?

"Oh No hijita!, está bien, No importa", dándole un beso en la mejilla,
"buenas noches pequeña"

Una semana después, nuevamente su papá le preguntó al terminar el
diario cuanto: "¿Jenny, tú me quieres?"

"¡Oh si papá tú sabes que te quiero!"

"Entonces regálame tus perlas"

¡Oh, papá No mis perlas! Pero te doy a lazos, mi caballo de juguete,
¿lo recuerdas? Es mi favorito, su pelo es tan suave y tú puedes jugar con
el y hacerle trencitas. Tú puedes tenerlo si quieres papá

"Oh no hijita, esta bien," le dijo su papá dándole nuevamente un beso
en la mejilla, "Dios te bendiga buenas noches y dulces sueños"

Algunos días después, cuando el papá de Jenny entró a su dormitorio
para leerle el cuento, Jenny estaba sentada en su cama y le temblaban los
labios, "toma papá" dijo, y estiró su mano. La abrió y en su interior
estaba su tan querido collar, el cual regaló a su padre.

Con una mano él tomó las perla de plástico y con otra extrajo de su
bolsillo una cajita de terciopelo azul. Dentro de la caja había unas
hermosas perlas genuinas. El las había tenido todo ese tiempo, esperando que
su hija renunciara a la baratija para poderle dar la pieza de valor.

Y así es también nuestro padre celestial. El está esperando a que
renunciemos a las cosas sin valor en nuestras vidas para podernos dar
preciosos tesoros.

¿No es bueno el Señor? Esto me hace pensar en las cosas a las cuales me
aferro y me pregunto qué es lo que Dios me quiere dar en su lugar?

Su amor siempre está contigo, sus promesas son verdad. Y cuando le
damos a El todas nuestras inquietudes o cosas que interrumpen nuestra comunión con El, tú sabes que el verá por nosotros.




En cuanto a la pasada manera de vivir, despojaos del viejo hombre, que está viciado conforme a los deseos engañosos, y renovaos en el espíritu de vuestra mente, y vestíos del nuevo hombre, creado según Dios en la justicia y santidad de la verdad. Efesios 4. 22-24

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